Desarrollo psicológico del niño de 3 a 4 años

15.04.2018

Esta etapa es un punto culminante en el desarrollo del niño. Es un momento crucial en el que se produce la toma de conciencia de sí mismo y una reestructuración global de todas las funciones psíquicas. Lo anterior puede reconocerse en el uso que el niño hace de los pronombres personales, puesto que ya hacia el final del tercer año, el niño empezará a hablar de sí mismo en primera persona y no en tercera. 

Su lenguaje va perfeccionándose, sobre todo a nivel de construcción: utiliza artículos, preposiciones y conjunciones. Se produce un importante cambio: el niño es ahora capaz de representar en su pensamiento la acción que va a realizar antes de realizarl), así como expresar mediante el lenguaje hechos pasados. Plantea, incansablemente, preguntas (los conocidos "por qué") a las que habrá que intentar responder. Deberemos intentar ampliar al máximo la respuesta, contribuyendo así a desarrollar el lenguaje y su inteligencia. También a esta edad hay mejor y mayor coordinación en sus movimientos: el niño sube y baja escaleras alternando los pies, abrocha y desabrocha sus botones, y realiza otras acciones similares.

Normalmente, a esta edad suele haber terminado la etapa del "no" o del negativismo, lo que hace que el niño sea más fácil de tratar. Va apareciendo el juego con otros niños, aunque le sigue gustando el juego en paralelo, así como el solitario. Muestra grandes dosis de imaginación en su juego y suele cambiar a menudo de juego; sin embargo, dedica cada vez más tiempo a la misma actividad. La línea de la"normalidad" de esa imaginación vendrá marcada por el hecho de si el niño sabe o no que está jugando. A esta edad el niño sigue creyendo todo lo que le digamos, por lo que no hay que aprovecharse de ello para chantajearle o amedrentarle con la aparición de personajes malos con el objetivo de conseguir nuestros fines o de hacerle desistir de los suyos. En este momento suelen aparecer los miedos con mayor intensidad que a los dos o a los cuatro años y el niño puede incluso expresarlos verbalmente.

También a esta edad se inicia el curso escolar. La actitud que adopten los padres ante esta nueva situación marcará la actitud del niño. Hay que intentar no sobreprotegerle, pues con ello no favoreceríamos su autonomía; al contrario, le perjudicaríamos acentuando más su inseguridad. Es importante no retrasarse a la hora de recogerle, pues el mayor de los temores del niño es el del abandono. Si cuenta con la presencia de un hermano mayor, todo será más fácil, pues en él habrá un fuerte deseo de imitarle en todo y también en ello. No para todos los niños es fácil el inicio escolar; para algunos supone un auténtico trauma que habrá que ayudar a superar. El niño podrá manifestar dicho rechazo mostrándose más agresivo, comportándose como si volviese a ser más pequeño de lo que en realidad es o teniendo pesadillas.

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