Desarrollo Psicológico del niño de 6 a 7 años

15.04.2018

Esta es una edad algo difícil pues en ella se producen cambios bruscos y las exigencias sobre el niño son mayores. El niño se muestra hipersensible, susceptible e irritable, por lo que es recomendable cuidar mucho las reacciones ante sus acciones o errores. Es el momento en que caen los dientes de leche y empiezan a salir los primeros molares definitivos. Todo el organismo se hace hipersensible por lo que son frecuentes las molestias físicas, de todo tipo. Debe darse al niño los cuidados que precise, pero sin sobreproteger, de modo de no favorecer la fragilidad. El ejercicio y una buena alimentación son de mucha utilidad. Hay nuevos progresos motrices, por lo que participan en juegos de gran derroche físico. Se distraen fácilmente y su impulsividad les hace no percibir adecuadamente los peligros, por lo que puede ser recomendable mantener cierta vigilancia o supervisión adulta.

Los niños de esta edad presentan bruscos cambios de humor que les hacen rechazarlo todo y no querer nada, en un ciclo seguido de arrepentimientos y acercamiento social. Continúan sometidos a lo que perciben de forma inmediata, sin ser capaces aún de corregir esa percepción mediante el razonamiento lógico. Inician su etapa escolar enfrentándose a más exigencias, por lo que se deberá facilitar su adaptación hablándole sobre este cambio: dónde irá, con quién, qué hará, etc. Con frecuencia a esta edad se da una nueva fase de "por qué", la que debe aprovecharse para favorecer el desarrollo de sus conocimientos. El niño sabe ya conversar con fluidez, y muestra interés por los cuentos clásicos, la naturaleza, los animales, las plantas y todo lo que le rodea. Conoce algunos cuentos de memoria y es capaz de contarlos.

El principal objetivo de esta etapa es el aprendizaje de la lecto-escritura. Ello tomará poco tiempo si el niño está maduro y se cumplen las siguientes condiciones: dominio suficiente del lenguaje hablado, inteligencia en el nivel analítico (que sea capaz, por ejemplo, de aislar y diferenciar formas, componer y descomponer grupos de letras y otras operaciones similares), buena lateralización, buena organización del espacio y del tiempo, visión y audición normales y buena psicomotricidad. Es importante no forzar al niño a iniciarse en la lectura sólo por el hecho de tener 6 años, sino verificar que el niño tenga la madurez adecuada para ello, revisar las condiciones mencionadas y trabajar la o las que falten, para que más adelante pueda darse dicho aprendizaje sin problemas. Forzar al niño y dramatizar su fracaso en la lectura, sólo provocaría en él un rechazo total hacia todo lo relacionado, viéndose afectado su éxito escolar. El cálculo es el otro aprendizaje clave del período (clasificar, ordenar, aprender las series de números), que requiere las mismas condiciones mencionadas para la lectoescritura.


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