El estrés en los adolecentes
Los adolescentes, al igual que los adultos, pueden experimentar estrés todos los días y se pueden beneficiar de aprender las destrezas para manejar el estrés. La mayoría de los adolescentes experimentan más estrés cuando perciben una situación como peligrosa, difícil o dolorosa y ellos no tienen los recursos para enfrentarla o abordarla. Algunas de las fuentes de estrés para los adolescentes pueden incluir:
Las demandas y frustraciones de la escuela.
Los pensamientos y sentimientos negativos sobre sí mismos.
Los cambios en sus cuerpos.
Los problemas con sus amigos y/o pares en la escuela.
El vivir en un ambiente/vecindario poco seguro.
La separación o divorcio de sus padres.
Una enfermedad crónica o problemas severos en la familia.
La muerte de un ser querido.
El mudarse o cambiar de escuela.
El llevar a cabo demasiadas actividades o el tener expectativas demasiado altas.
Los problemas financieros de la familia.
Determinando si el estrés está afectando la salud, el comportamiento, los pensamientos o los sentimientos de su adolescente.
Escuchando cuidadosamente a los adolescentes y estando pendiente a que no se sobrecarguen.
Aprendiendo y modelando las destrezas del manejo del estrés.
Respaldando la participación en los deportes y otras actividades pro-sociales.
Los adolescentes pueden disminuir su estrés con los siguientes comportamientos y técnicas:
Haciendo ejercicios y comiendo con regularidad.
Evitando el exceso de la cafeína la cual puede aumentar los sentimientos de ansiedad y agitación.
Evitando el uso de las drogas ilegales, el alcohol y el tabaco.
Aprendiendo ejercicios de relajación (respiración abdominal y técnicas de relajación de los músculos).
Desarrollando el entrenamiento de destrezas afirmativas. Por ejemplo, expresando los sentimientos de manera cortés, firme y no de manera muy agresiva ni muy pasiva: ("A mí me da coraje cuando tú me gritas". "Por favor, deja de gritar").
Ensayando y practicando las situaciones que le causan estrés. Un ejemplo es el tomar una clase de oratoria, si el hablar frente a la clase le pone ansioso.
Aprendiendo destrezas prácticas para enfrentarse a la situación. Por ejemplo, dividir una tarea grande en porciones pequeñas, que sean más fáciles de realizar.
Disminuyendo el hablarse de manera negativa a sí mismo: retar los pensamientos negativos sobre uno mismo con pensamientos neutrales o positivos. "Mi vida nunca será mejor" se puede transformar en "Yo puedo sentirme ahora desesperanzado, pero mi vida probablemente mejorará si yo trabajo para ello y consigo alguna ayuda".
Aprendiendo a sentirse bien haciendo un trabajo competente o "suficientemente bueno" a cambio de demandar perfección de sí mismo y de otros.
Tomando un descanso de las situaciones que le causan estrés. Las actividades como escuchar música, hablar con un amigo, dibujar, escribir o pasar un rato con una mascota ("pet") pueden reducir el estrés.
Estableciendo un grupo de amigos que puedan ayudarle a hacer frente a las situaciones de manera positiva.
Mediante el uso de éstas y otras técnicas, los adolescentes pueden comenzar a manejar el estrés. Si un adolescente habla acerca de, o muestra indicios de que está demasiado tenso, una consulta con un psicólogo de niños y adolescentes puede ser de gran ayuda.
